El Segundo Puntarenazo, La Crisis del Gas Magallánico, fue como se conoció a las movilizaciones de Enero de este 2011. Y causaron revuelo, impacto a nivel país que golpeó de manera profunda al gobierno de Sebastián Piñera, que se vió obligado a realizar su primer cambio de gabinete. Este ensayo tratará, en el cómo, una incorrecta política de responsabilidad social empresarial, pueden desencadenar el caos, en toda una región.
ENAP (Empresa Nacional del Petróleo), y Methanex (Petrolera Canadiense) son las responsables de producir gas natural en la región de Magallanes. Como la explotación de dicho recurso conlleva un impacto social y medio ambiental no menor, ambas empresas, representadas por la cara visible para el pueblo que es ENAP (ENAP le vende a Methanex el derecho de explotación, que corresponde al 75% de lo explotado en la región) deben poseer una responsabilidad empresarial. Esto significa realizar acciones compensatorias en relación a la intervención en el lugar. Esto como es lógico y de Perogrullo, significa realizar algo que tenga relación directa con lo impactado, por ejemplo si hablamos de una forestal, la responsabilidad social empresarial lógica sería reforestar. En el caso de ENAP, esto no significo compensar en esa vía, ni tampoco busca gestionar sus riesgos e impactos ambientales y sociales en la cadena de valor, mejorando las condiciones de su entorno externo e interno. Ni tampoco apuntar a obtener resultados positivos en el triple balance: financiero, ambiental y social, integrando las diferentes dimensiones en los sistemas de gestión internos. Lo que hizo ENAP, ya de hace tiempo, mantener el precio de la energía eléctrica, notoriamente en relación al resto del país, para los habitantes de esa región, generando la compensación, en los bolsillos de las personas, las cuales agradadas, se vieron satisfechas, la política de darle carne al León para que este no ruja, fue efectiva. Se recalca que es ENAP la que realiza esto, dado que Methanex no ha invertido ningún sólo peso en la responsabilidad social que le corresponde, sólo se dedica a explotar, y ENAP la subsidia, vendiéndole el derecho de explotación del gas, a bajísimo costo, más bajo aún que la población.
Todos fueron felices, en cierta medida hasta el principio del 2011 cuando el directorio de la Empresa Nacional del Petróleo (ENAP) decidió aumentar en un 16,8% el precio del gas natural en la región de Magallanes. La medida tenía por objetivo disminuir la diferencia entre el precio del gas subsidiado que cobra ENAP a la distribuidora Gasco Magallanes y los valores del mercado internacional, tomando en cuenta que la petrolera nacional atravesaba por una complicada situación económica y debía mejorar sus márgenes. Un 16,8% es demasiado, significaba que un poblador que pagaba alrededor de 30000 en su cuenta de energía eléctrica, veía aumentada su cuenta en… 5000 pesos, una decisión bastante poco atinada y muy impopular del ministro entonces Claudio Rainieri, y todos en la región, empezaron a reunirse como lo hicieran en 1984 para la visita de Pinochet y generaron una gran protesta general, y la paralización completa de actividades en Punta Arenas y Puerto Natales, bloqueo de pasos fronterizos y bloqueo de aeropuertos. El impacto de la crisis magallánica golpeó duramente al gobierno de Sebastián Piñera. Según la encuesta Adimark, en el mes de enero del 2011 la aprobación presidencial bajó 6 puntos llegando al 41%, mientras un 46% de la población manifestó desaprobación, siendo primera vez en su gobierno en que se produjo un rechazo mayoritario. Al analizar por semanas, durante plena crisis, la desaprobación a Sebastián Piñera llegó a un clímax de 52% entre el 11 y el 17 de enero. Tal conmoción llevó al gobierno, en representación de ENAP, a negociar y fue así como se llego al acuerdo de subir el precio en sólo un 3%. Todo en pos de los que ellos llaman, “Responsabilidad Social Empresarial”, y mantener al pueblo, contento.
Después que se manejara políticamente de ambos lados, la concertación aprovechando de meter carbón al fuego apaleando al gobierno, y un gobierno protegiendo los problemas económicos de la ENAP y olvidando a Methanex… cabe señalar entonces, ¿Hay Responsabilidad Social Empresarial en ENAP y Methanex?
Si lo vemos en comparación con lo que las empresas en Chile tildan de Responsabilidad Social Empresarial, claro que sí. Muchas empresas en Chile usan “pildoritas” para aliviar a la comunidad, tal es el ejemplo de Barrick en La Higuera, Codelco en Calama, La Escondida en Antofagasta, etc., que incluyen iniciativas sociales para beneficio de la comunidad para que esta se olvide, o lo que es peor, ignore el impacto al ambiente y a su propia salud. Lo mismo pasará con HidroAysén, que pese a ser una iniciativa que se pueda estar en lo correcto desde el punto de vista de lo más accesible para el país en lo económico, seguramente se entenderá la “Responsabilidad Social Empresarial” como algo para mantener a la comunidad feliz y no para compensar el impacto ecológico. Evidentemente, no se puede hablar de Responsabilidad Social Empresarial en Chile, en la mayoría de las empresas, porque pese a que la mayoría en sus cartas de presentación la exponen, más parece una burda forma de cumplir protocolos legales que preocuparse del impacto que realmente realizan. Y nadie con poder efectivo al parecer hace algo en contra de ello. Las asociaciones ecologistas prácticamente están de manos atadas, y la concertación está más preocupada de bloquear las medidas del gobierno, generar caos, en vez de generar soluciones. El gobierno por su parte, muestra soberbia y se equivoca continuamente en lo comunicacional. Así, no hallaremos el rumbo y los perjudicados en este cuento son, la comunidad toda.
